En los países civilizados, todos hemos crecido escuchando el mensaje de que la esperanza de vida general está aumentando de forma lenta pero constante. Pero repentinamente y sin motivo aparente ha surgido otra situación que ya no puede negarse. ¡Los análisis estadísticos muestran que en algunos países industrializados la esperanza de vida está cayendo de nuevo!
Esto es al menos lo que señalan los análisis realizados en los EE.UU. y en Gran Bretaña. Eso significa que las cifras indicadas ya se sitúan fuera del margen de fluctuación natural. La pregunta es: ¿qué factores determinan estas tendencias?
Expertos afirman que «los hábitos de vida poco saludables, la obesidad y las enfermedades asociadas a ésta» podrían ser algunas de las razones de esta tendencia negativa.

A primera vista, esto de hecho podría ser el caso. Sin embargo, si se desea obtener una conclusión clara sobre la realidad que se esconde detrás de las estadísticas, será necesario estudiar las razones más a fondo. Si hay menos muertes por guerras, una mejor atención sanitaria y una mejor higiene en los países industrializados y, sin embargo, aparentemente estas no son las razones que justifican el aumento de la esperanza de vida, entonces la realidad parece ser aún más dramática de lo que señalan estas estadísticas y uno debería preguntarse cuál es la razón real de que la esperanza de vida haya estado disminuyendo durante los últimos años.
Las enfermedades cardíacas y cardiovasculares y también el cáncer aumentan en lugar de disminuir. El hecho de que la propia medicina ortodoxa sea la tercera causa más frecuente de muerte constituye en sí mismo una broma de muy mal gusto.

 

La calidad de los alimentos ha empeorado drásticamente

Y si los alimentos debieran conducir a una mejora de la esperanza de vida pero no lo hacen, esto significaría que la reducción de la esperanza de vida implica que la calidad de estos alimentos ha cambiado de una manera tal que ya no están en condiciones de propiciar el desarrollo de la vida y que incluso pueden conducir a la enfermedad. Se trata de un proceso grave que no puede revertirse tan fácilmente.

Que esto realmente es así ha sido probado desde hace años con datos y hechos. Entre ellos están los suelos agotados que reducen significativamente el contenido de nutrientes de los cultivos. A esto se añade la comida basura (Junkfood) – que no debe confundirse con la comida rápida (Fastfood) -, un alimento de menor calidad y producido industrialmente que ya no tiene ningún valor nutritivo identificable, excepto por las montañas de azúcar, conservantes, grasas trans, saborizantes y otros productos químicos. Como consecuencia, la alimentación carece de importantes nutrientes, como vitaminas, fibras dietéticas, oligoelementos, etc., que antes se encontraban en los alimentos.

 

 

El agua está muerta

A esto hay que añadir la calidad destructora del agua clorada, que ha sido tratada con productos químicos y, por lo tanto, ya no cuenta con una estructura viva. La energía procedente de 2-3  litros de agua estructurada al día según el peso corporal, constituye el 70% de nuestra energía.
En este contexto, me gustaría volver a mencionar al doctor Faridun Batmanghelidj, que demostró la cura con agua natural en más de 3000 pacientes.

Si, además, la medicina ortodoxa y la ciencia de la nutrición se oponen a una utilización normal y natural de las vitaminas y prefieren sustituirlas por productos farmacéuticos, no es de sorprender que la salud y la esperanza de vida se queden por el camino en el futuro.

Muy pocos parecen querer entender que esta tendencia es una señal amenazadora de que los éxitos de la medicina ortodoxa, los antibióticos, la ciencia moderna de la nutrición, la política y la sociedad han comenzado a dar sus inquietantes frutos. Los comentarios curiosos, los refranes concisos y la publicidad agresiva pretenden distraer del miedo de tener que reflexionar sobre lo absurdos que son los argumentos. Se trata de una trágica espiral que nos llevará a la perdición.

 


La conclusión de la conclusión es que este desarrollo parece ser tan imparable y omnipresente que ya no somos capaces de reconocer las causas. Pero no existe solo mi punto de vista a esta lamentable situación. También está su punto de vista y, gracias a Dios, aquel que ni usted ni yo somos capaces de ver.

Marion Kuprat
www.marionkuprat.com
Traducción: www.claudiafischer.es

Tagged With:

1 thought on “Esperanza de vida

  1. La intensa propaganda comercial por
    todos los medios, que solo le interesa las ventas, la competencia desmesurada propiciada por las empresas para aumentar sus desorbitadas ganancias hacen parte del grupo disparadores de ninguna calidad alimenticia, producción de cultivos, etc. Y la falta de autoridad de los gobiernos en exigir honestidad a los entes y empresas que intervienen en la producción de alimentos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.