¿Cuál es la calidad de nuestro agua?

Tóxicos permitidos en el agua del grifo

El agua del grifo es el mejor agua para beber. Y si no es el agua del grifo, ¡definitivamente es el agua embotellada del supermercado! O quizás no…

Al menos eso es lo que cabría esperar en realidad. Como consumidores, queremos estar seguros de no ingerir residuos farmacológicos junto con el agua del grifo o efectos hormonales procedentes de los envases plásticos. Imagine por un momento que prepara la comida infantil de su bebé con agua contaminada con medicamentos. Al fin y al cabo vivimos en la Europa civilizada y en principio confiamos en que, por el bien de todos nosotros, estas cosas ni están permitidas, ni pueden suceder.

Hay razones para dudar

La legislación vigente permite la existencia de las siguientes sustancias venenosas en el agua de consumo y regula sus límites de «seguridad»:

Conservantes
Antioxidantes
Colorantes
Suavizantes
Estabilizantes
Saborizantes y emulsionantes
Insecticidas
Herbicidas
Fungicidas
Metales pesados
Restos de medicamentos
Gases
Campos electromagnéticos
Radioactividad

¿Qué opina su cuerpo de todo esto?

En la actualidad el agua contiene un verdadero cóctel de fármacos. Ya que, no es solo por los medicamentos líquidos que se eliminan simplemente a través del inodoro. Tanto antibióticos como productos para el contraste radiográfico fueron detectados ya en 1997 en las proximidades de los hospitales. Sin embargo, hoy en día se conocen muchas más sustancias incluyendo analgésicos, hormonas, tranquilizantes, hipolipemiantes, anti-reumáticos y muchos más. Alrededor de 150 sustancias farmacológicas pueden ser detectadas en el agua. Las plantas depuradoras de agua no pueden filtrar estas nuevas sustancias del agua en estilo tan grande, no están preparadas técnicamente para filtrar estas sustancias. Aunque sería posible mediante la utilización de filtros de bloques de carbono, sin embargo la instalación de nuevas tecnologías supone un gasto enorme que las plantas depuradoras no pueden o no quieren asumir.

Aunque las plantas de abastecimiento de agua están obligadas a controlar de forma general también toxinas que todavía no estén sujetas a limitaciones, no están obligadas, sin embargo, a publicar siempre sus resultados. Para poder mantener el suministro de agua potable muchas plantas de abastecimiento ya están trabajando sobre posibles exenciones, ya que algunas veces incluso ya no es posible cumplir con los límites establecidos.

Para obtener mayor claridad, muchas veces son necesarias las demandas de los ciudadanos amparándose en la ley bajo la cual los ciudadanos tienen el derecho a ser informados. Todo aquello que no esté comprendido en el secreto comercial deberá ser facilitado bajo petición también por las empresas de abastecimiento privadas. Si esta información es denegada, entonces debe ser posible presentar una solicitud, amparándose en la legislación de la EU, ante los gobiernos locales competentes de la zona.

A las empresas de abastecimiento de agua también les está ocasionando problemas la caída del valor pH del agua. Debido al proceso de limpieza necesario y la lluvia ácida, el agua potable se acidifica cada vez más. Debido a la disminución del pH del agua, las tuberías de transporte se ven fuertemente afectadas, disolviendo todo tipo de sustancias de las tuberías y materiales de envasado. En cuanto a las tuberías, las sustancias que se disuelven en el agua son particularmente el plomo, el cobre y la fibra de asbesto. En cuanto al agua embotellada es el ya conocido bisfenol A con sus efectos similares a las hormonas que se disuelve al agua.

Incluso los contaminantes contenidos en el suelo y posteriormente disueltos por la lluvia ácida aumentan pasando al agua subterránea. Aunque las sales de aluminio que se utilizan para la aglomeración de partículas de suciedad no permanecen en el agua, sí lo hace la información que contiene, afectando al agua y también a nuestras plaquetas. Las empresas de abastecimiento de agua ya casi no consiguen tener bajo control los efectos que producen los productos químicos de limpieza y la lluvia ácida, ya que los equipos de desacidificación son extremadamente caros.

Aunque el agua se purifica en las plantas de tratamiento según la normativa legal, después se envía a través de largas tuberías y a altas presiones hasta las viviendas, produciéndose una nueva contaminación. Por un lado, la alta presión se encarga de modificar la estructura natural del agua, la estructura cristalina se rompe y la calidad del agua se modifica negativamente.

También podría ser que por medio de la desalación del agua y otras medidas, en un futuro previsible seamos capaces de disponer de agua muy pura, pero que no sea apta para el consumo. ¿Por qué? Porque en el futuro el agua se drenará y preservará de forma completamente técnica.

El agua es el principio de toda la vida, el agua es lo que realmente hace posible la vida. El agua afecta con su calidad simplemente todo lo que entra en contacto con ella. Entonces, si somos capaces de imaginar que las sustancias agresivas afectan al agua, no debería sorprendernos que esto también pueda desencadenar tendencias agresivas en los seres humanos y animales.

Si comprendemos la información contenida en el agua, también seremos capaces de comprender cómo fuerzas destructivas o armónicas pueden ser debilitadas o fortalecidas por la calidad del agua. El efecto armonizador del agua vitalizada es el argumento más común que se puede leer entre los testimonios de las personas que realizan un tratamiento especial al agua, remolinean o le agregan información en forma de frecuencias ordenadas.

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